Gastronomía en Sinaloa:
La rica gastronomía sinaloense se
basa en los productos del mar, pues la variada pesca que le proporciona su
amplio litoral permite que la creatividad humana se desborde con la invención
de deliciosos platillos, entre los que se incluyen ingredientes elementales
como los camarones, el pescado, los callos de hacha y la carne de malin, entre
otros, que igual se sirven en forma de machaca.
Pero Sinaloa cifra la fama de su
cocina también en otros deliciosos manjares, como el tradicional chilorio,
preparado con carne de puerco condimentada con chile pasilla, especias y ajo,
delicioso platillo que puede servirse sólo o con queso fundido y acompañarse
con tortillas de harina. También se puede degustar el mochomo, que es una
cecina de res frita.
De Guamúchil son reconocidos el
chorizo y los guisos de paloma y codorniz, mientras que de Culiacán destacan
los tamales estilo Sinaloa rellenos con carne de puerco, aceitunas, papas,
especias y una combinación de chiles.
Entre las delicias de la costa
sobresalen el “aguachile”, que son camarones con pepino, limón, sal, chile piquín
y cebolla morada; el pescado zarandeado, preparado preferentemente con pargo,
al que se le agrega jugo de limón, pimienta, salsa de chile de árbol, salsa de
soya, ajo, mayonesa y pimiento morrón, cocinado al carbón.
La lista podría ser grande, pues
hay varios estilos de tamales, albóndigas de camarón, callos de lobina, el
pollo estilo Sinaloa cocinado a la leña y el filete con ostras, entre muchos
otros platillos de gran sabor. Para concluir, entre los postres hay que
mencionar los tacuarines, que son roscas de harina de maíz, los pasteles y el
turrón de miel y cacahuate.
De las bebidas, en la región se
pueden disfrutar extraordinarias aguas frescas de cebada y de semilla de melón
o de ciruela.
Sinaloa ofrece a sus visitantes
los más singulares banquetes. En El Fuerte se sirven langostinos o “cauques”,
codorniz, pichihuila y machaca con tortillas de harina; en la bahía de
Topolobampo, los deliciosos camarones ahogados o al natural, callos de hacha,
machaca de pescado, pescado zarandeado y toda clase de manjares del mar; en
Guasave, barbacoa bodera, frijoles puercos, tortillas de harina y el popular
pan de mujer; en Guamúchil, el famoso choriza; y en Mocorito, el chilorio,
ahora ya industrializado y conocido en todo el país como el platillo sinaloense
por excelencia, sin olvidar sus quesos y sus dulces de piloncillo con
cacahuate.
Por su parte, Culiacán le ofrece
barbacoa con chile pasilla, chilaquiles sinaloenses, menudo, colache,
tacuarines, cauque, enchiladas del suelo y otros antojitos, además de los
camarones tapados con sal de grano; el municipio de Cosalá, sus sabrosos
piloncillos con nuez, papayas en conserva y el melón con miel de caña.
En la parte sur se encuentran
Mazatlán, Concordia, Rosario, Escuinapa, Elota, Cosalá y San Ignacio cuyos platillos
más tradicionales son los tamales barbones (camarón), el picadillo, los tacos
dorados de camarón, las barcinas (vasijas de camarón seco), el ceviche y los
chiros (pescados chicos secos), además de la cazuela, el colache, la birria y
el pozole. En cuanto a postres: los raspados de frutas, los jamoncillos, el
arroz con leche, la capitotada, la jalea de pitahaya y las cocadas; y entre las
bebidas están el atole blanco y el pinole, las aguas de horchata, cebada y
tamarindo, así como el tonicol (refresco embotellado regional).
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